domingo, 8 de junio de 2014

El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre

¡Hola pequeños bookworms! Quizás han leído algo de Neil Gaiman, o no. De todos modos les traigo una nueva recomendación. Gaiman es un escritor que se dedica tanto a la literatura para adultos como para niños. Es un genio en ambos casos. 
El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre es su más reciente libro (2013) que fue editado en español, este año, por Roca Editorial y, dejenme poner en evidencia el cambio rotundo en el título, originalmente Fortunately, the milk, algo así como "afortunadamente la leche". Para mí gusto, el título español nos da gratuitamente demasiados spoilers.
Aún así, nos encontramos, afortunadamente, una vez más con la particular imaginación de Gaiman que nace, incluso, desde los hechos más cotidianos. Es una gran aventura contada con mucho ingenio, de modo que nos hace sentir como si fuéramos armando un rompecabezas a medida que avanzamos en la lectura. Todo lo que voy a decir en cuanto a la historia (porque no tolero spoilers y dado a la corta extensión del libro) es que la aventura se desencadena al encontrarnos con un padre que sale a comprar leche para el desayuno de sus hijos y demora ¡una eternidad! a lo que a su regreso trae consigo una loca explicación, toooodo esto acompañado de las ilustraciones de Skottie Young, con mucha aire a novela gráfica. 
Es un libro hermoso, el cual me permito regalárselo a mi niño interior.


¡Que tengan una buena lectura!


Mary 











"—Hagas lo que hagas —dijo el Profesor Steg—, no dejes que estas dos piedras se toquen.
—¿Por qué?
—Porque, según mis cálculos, si juntas dos objetos que son el mismo en distintas épocas, pueden suceder dos cosas. O bien el universo dejará de existir, o bien aparecerán tres enanos bailando por las calles con una maceta en la cabeza.
—Caramba, parece algo muy preciso.
—Lo sé. Pero es ciencia. Y lo más probable es que el universo deje de existir."

domingo, 1 de junio de 2014

El océano al final del camino

Finalmente, y luego de tantas vueltas, me encuentro redactando mi primer reseña o más bien crítica, o recomendación. Debo decirles que el libro que elegí es muy especial para mí. Poco a poquito Gaiman se va robando mi corazón, y yo, con gusto, se lo entrego con los ojos cerrados. ¡Qué hombre tan increíble! El océano al final del camino (cuyo título original es The ocean at the end of the lane) es un libro de recuerdos, una llamada al niño interior. Gaiman nos invita a una historia donde encontramos en abundancia elementos mágicos que nos llevan a perdernos en un mundo de fantasía. Aunque más bien, e intentando no dar tantos detalles de la historia, los que crean la fantasía son los personajes en sí. Ellos, o más bien ellas, las Hempstock, son pura magia. Y no porque tengan poder alguno, sino por todo lo que representan.
El libro nos hace pensar en el hecho de ser niños y ser adultos (al menos en apariencia). Nos hace cuestionar de dónde venimos y hacia dónde vamos.

"Como ya he dicho antes, los niños usan caminos secundarios y senderos ocultos, mientras que los adultos siguen rutas y caminos principales." 

Es el mejor libro que llevo leído en lo que va del año y, para mí, representa toda la magia que necesita mi cable a tierra personal. Perdón por ser tan reiterativa pero MAGIA ess la palabra que para mí mejor define a El océano al final del camino. 

Y, para que sepan que voy contra la corriente, primero les ofrecí mi observación personal y ahora voy a ser un poco más objetiva en cuanto a la historia. La novela es un gran flash-back contado en primera persona por su protagonista, quien vuelve al pueblo donde fue criado y comienza a recordar momentos y personas que permanecían ocultas en su memoria. Se recuerda a sí mismo a sus siete años y cuando conoció a Lettie Hempstock, una niña poco mayor que él, con la que vive numerosas aventuras envueltas en una gran atmósfera de fantasía.

Y hablando de atmósferas, les comento que llevo como eslogan que el momento de lectura debe ser sagrado. No sólo el lugar que elegimos es importante, sino con que lo acompañamos, y como fiel amante del té me pareció interesante elegir algún blend o variedad que mejor congenie con el libro. Aunque sabemos que libros y té van de la mano, me he propuesto buscar el té que mejor se adapte al libro que lea y recomendarselos, pero quedan advertidos sobre la subjetividad que pueda contener esto, o en algunos casos ciertos elementos de la historia me facilitarán la elección. En este caso particular encontré un blend que combina té rojo, té verde y, lo que me permite crear la conexión con la historia, arroz tostado. Es un sabor que me remonta a mi infancia. Estoy en la segunda década de mi vida, y de niña eran muy populares a la hora de la merienda en la escuela esas bolsitas con arroz inflado, o bien las barritas crujientes y acarameladas de arroz. Por eso este blend me produce la misma sensación que El océano...: infancia. 
Espero que se animen a leer este pedacito de Neil Gaiman porque si, en algún punto, piensan que tienen la edad suficiente para considerarse adultos, les prometo que no se van a arrepentir.

¡Que tengan una buena lectura y una apropiada taza de té!


Mary













"No extraño ser niño, pero extraño el placer que me producían las pequeñas cosas, por más que las cosas importantes se estuvieran desmoronando. No podía controlar el mundo en el que vivía, no podía huir de las cosas, la gente o los momentos que me lastimaban, pero disfrutaba como una bestia de lo que me hacía felíz."

Neil Gaiman - "El océano al final del camino"
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